La raíz del taro, también conocida como malanga, es un tubérculo comestible nativo de las regiones tropicales. Es muy popular en la cocina caribeña, polinesia y africana. La malanga suele ser del tamaño de un nabo pero con forma oblonga, piel fibrosa y de color marrón (a veces peluda). La carne del taro suele ser blanca o crema. Sin embargo, hay variedades que tienen manchas púrpuras. Suele cocinarse y consumirse de la misma manera que las patatas, pero la malanga tiene un sabor más nudoso y a nuez, similar al de las castañas de agua.
Malanga blanca (Xanthosoma sagittifolium): Es la variedad más popular de malanga en América Central y del Sur, como su nombre indica que tiene una carne blanca. Según la región, la malanga blanca también se conoce como bore, camacho, chonque, macabo, mafafa, mangareto o mangarito, mangará-mirim o mangarás, ocumo, oreja de elefante, rascadera, taioba, yaro, tiquisque y yautía.
La malanga es un tipo de tubérculo que suele crecer en el continente americano y en las islas del Caribe. Conocer las propiedades y los beneficios para la salud de la malanga es importante porque parece proporcionar los nutrientes necesarios para que nuestro cuerpo funcione de la mejor manera posible.
TAquí hay algunas variedades de este tubérculo: el blanco, que además de Sudamérica, lo encontramos en las Islas Canarias; el amarillo, y el insular que es una variedad de tipo asiático. Este alimento es rico en vitaminas y minerales, entre otros.
Propiedades: Es bueno en vitaminas C, B y E. Aunque podemos señalar que ofrece minerales, como el potasio, el fósforo, el manganeso, que son esenciales para el buen funcionamiento del cuerpo de todos.
También es bueno en fibra, ideal para mejorar el tránsito intestinal. Otra particularidad a destacar de la malanga es que es baja en sodio, concretamente, una porción para una persona adulta sólo aporta 20 miligramos de sodio, lo que supone sólo el 1% de la cantidad diaria recomendada de sodio.